Angelus Speculator

La palabra "analista" no viene en ese magnífico (nótese la fina ironía) "Proyecto Palladium", por lo que me busqué algo más abierto. "Angelus", que derivó en "ángel", significa mensajero y "Speculator", que derivó en "especulador", significa observador.
He ahí lo que pretendo ser: un analista, un especulador, un mensajero observador (perfectamente interpretable como "cotilla"), en definitiva: alguien que, independientemente de la visión global, saca sus propias conclusiones del mundo y las transmite.
Pero, paradójicamente, muy lejos estoy de ser un ángel.

Vendiendo éter

domingo, 2 de enero de 2011

Una de las cosas que tiene volver a casa por Navidad, estar un mes sin preocuparse por los estudios -los exámenes que tradicionalmente la gente tiene en Enero yo los tuve a principios de Diciembre- y que se te haya estropeado tu ordenador personal es acabar irremediablemente consumiendo toneladas de publicidad. Claro que me puedo poner a ver la televisión pública estatal que ahora no usa publicidad, entiéndase exterior, pero, ¡qué demonios! Me gusta la publicidad.
Considero el mundo de la publicidad uno de los más creativos y muchos anuncios son para considerarlos obras de arte: los creadores, que son gente anónima en su mayor parte, tienen que impresionar, condensar información, incitar al consumo del producto y sobre todo, crear algo que guste. ¿Sabéis lo difícil que es hacer algo así? Teniendo en cuenta que la mayoría de los anuncios son moda y por lo tanto, obsolescentes a la mínima, tienen que estar innovando cada muy poco tiempo adaptándose a las exigencias de un público marcado por una sociedad polarizada y en constante mutación de ideales y principios.
Muchas veces, la publicidad es fácil, ya que el producto "se vende por sí mismo". Sin embargo, ¿qué pasa con esos otros productos que no tienen imagen ni son tangibles? En esta categoría entra la productivización de la conciencia que hacen las campañas de la DGT o la FAD, sí, pero yo voy a hablar de algo más superficial y atractivo que ver a alguien metiéndose un gusano por la nariz o a un par de chicas rompiéndose la cabeza contra la carretera. Voy a hablar de los anuncios de colonias.
En un medio audiovisual, o solamente visual, ¿cómo puedes vender un olor? En el caso de los perfumes, la publicidad sólo tiene un punto de apoyo para repetir estereotipos: la asociación de los perfumes de París, cuna de la moda, con los burgueses, la alta sociedad y, por lo tanto, el Glamour. Por lo demás, tienen que tirar en su mayoría de lo que hoy día es el mayor reclamo al gusto: la seducción y la sensualidad.
Vamos a ir viendo uno por uno los que para mí son los mejores anuncios de colonia de las campañas de estas navidades.
#10: Nina L'Elixir (Ninna Ricci)

En el décimo puesto tenemos la combinación de una estética del tipo Wonderland con una versión dulce de la canción Sunday Girl del grupo Blondie. Todos conocemos la fijación de Nina Ricci con las manzanas, así que no me sorprende en absoluto que en ese País de las maravillas haya manzanas gigantes, manzanas que vuelan y mucho rojo.
Me gusta este anuncio porque resulta dulce y simpático ver a una chiquilla de apariencia inocente curioseando un mundo de fantasía. Y también me hace mucha gracia en los últimos segundos del anuncio ese mensaje de "rechaza imitaciones" tan camuflado. La manera de atraer al espectador mediante la inocencia y la simpatía de lo infantil a la vez que una estética muy bien elaborada hacen de este anuncio un agradable narcótico de breve duración.
#9: Aire Loco (Loewe)

Los mejores anuncios son ésos que nunca sabes cómo explicar.
#8: The One (Dolce & Gabbana)

Otra forma de atraer al público es mediante caras conocidas, como la de Scarlett Johansson, que en este anuncio retoma el mito del flechazo. Sin embargo, ¿flechazo con qué? Con el perfume, por supuesto.
Pero también podemos permitirnos otra lectura en la que estamos viendo a una mujer rodeada de lujo y sola. Hablando sobre que no sabe qué está buscando, pero que cuando lo encuentre sabrá que es el único y elegido. Vamos, que hay que usar ese perfume si estás soltera y quieres encontrar el amor.
Dolce & Gabbana siempre explotando los mismos recursos de dinero y amor...
#7: Flower by Kenzo


Muchas veces, la calidad del anuncio reside también en cómo compaginar una canción indie con los iconos del perfume. Si a Nina Ricci le obsesionaban las manzanas, a Kenzo le fascinan las amapolas rojas. Lo más agradable del anuncio es ese toque surrealista que acompaña a los instrumentos de cuerda de la canción (The Wanderer, de Jil is Lucky), cuando las amapolas caen y adornan todos los tejados alegrando a la gente a la vez que la música se anima.
También he de decir que siento gran debilidad por el violín, pero aún así no me podéis negar que es un anuncio de estos que tardas en olvidar.
#6: Love (Chloé) y Miss Dior Chérie (Dior)



El sexto puesto lo comparten dos anuncios que se basan en la teoría del ciclo de las modas para llevarnos a los años 70 de Faye Dunaway en la película Network, de Estados Unidos, o a los 60 de París, con la canción de Brigitte Bardot Moi, Je Joue.
Esas modas retro que últimamente se están extendiendo, sobre todo con las gafas de Austin Powers, me fascinan y por lo tanto, es grato ver algún que otro anuncio que recupera aquellas estéticas.
#5: Coco Madmoisselle (Channel)

Y en el limbo nos encontramos con Channel, que este año no he visto ninguno de sus grandes anuncios de número 5, pero sí éste de Coco Madmoiselle que ya tiene sus años. Ya empezamos a mezclar elementos que ya hemos visto en otros anuncios para encontrarnos a una Keira Knightley, con su pequeño estrabismo de siempre, juguetona con un harem de hombres de los que al final acaba escapando, porque Keira mola como ella sola, que para algo fue la amada de Dracula.
Una vez más, la elegancia y la seducción se unen junto a una canción pegadiza para crear un reclamo bastante conseguido.
#4: Gucci Guilty (Gucci)

Con una estética muy de Metrópolis, nos presentan a una femme fatale un tanto futurista y que me recuerda mucho a la prostituta muerta de la segunda historia de Sin City por eso de que ella está en colores brillantes mientras que el resto del mundo está en blanco y negro. En fin, vemos que se vuelve a repetir la equivalencia entre colonia y sexo, pero esta vez sin enmascarar esto último como amor.
#3: Le male y Classique (Jean Paul Gaultier)

Mis mayores felicitaciones a la autora de este montaje con los dos anuncios de Jean Paul Gaultier. No me he podido reír más.
Estos anuncios y los de la campaña del año pasado (los vestuarios masculinos y femeninos), además de por las hormonas, que todo hay que decirlo, me encantan por combinar elegancia, sensualidad, que no sexo explícito burdamente colocado, y una pieza de ópera estupenda, Casta Diva de la obra Norma, de Vincenzo Bellini. En resumen, una unión de todos los flancos por los que resultar atractivo.
#2: 212 VIP (Carolina Herrera)

¿Qué hay más atractivo que la exclusividad? Dado que la sociedad va cambiando, ahora hay que asociar esa idea al mundo de las fiestas nocturnas, siempre con un toque extravagante (véase sino el travelo), y a la entrada en ellas. ¿Tienes el perfume? Tienes acceso garantizado a todo lo que te propongas. Y como la cosa va de discotecas, obviamente no podía faltar un remix de la canción Not on the guest list, que aparecía en la película Daft Punk's Electroma. En fin, este anuncio se gana el puesto número dos por saber adaptarse a los cambios para llegar mejor al público.
#1: Lady Million (Paco Rabanne)

Hay que reconocerlo: cuando se sabe vender, se sabe vender. No puedo dejar de sentirme fascinado por un anuncio que de forma tan explícita maltrata la imagen de la mujer con dinero y sin embargo... ¡Atrae! ¡Gusta! Es el gran triunfo de la forma sobre el contenido, no hay duda. Por eso, por lograr combinar una canción fantástica de The Chemical brothers, como lo es Do It Again, con una sucesión de imágenes peculiarmente atractivas de tal forma que no nos importe para nada las burradas que contienen, este anuncio se merece ser el mejor de estas navidades.
Ahora toca estar atento, pues si en menos de dos minutos nos convencen de que algo tan burdo es atractivo y codiciado, ¿de qué forma nos influyen películas de alrededor de dos horas o series de infinitos capítulos? No hay que olvidar que todo lleva un mensaje, más o menos implícito.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantes tus análisis sobre la publicidad de perfumes. No obstante no estoy de acuerdo con una de tus afirmaciones: "Muchas veces, la publicidad es fácil, ya que el producto "se vende por sí mismo"." Creo que la publicidad trata de hacernos olvidar las características del producto en sí, para sustituirlas por las de un mundo mágico, donde los productos son "imanes para ligar", "horas de diversión" o "prestigio sobre cuatro ruedas".

Pablo dijo...

Muy interesante el artículo, especialmente el vídeo de Le Male, de JPG. Sólo ese vídeo merece muchos meneos jajaja.

Samuel Damián dijo...

@pr0m3t3us
Me alegra mucho que hayas comentado eso. Verás, cuando digo que un producto "se vende por sí mismo" me refiero a que el producto en sí es atractivo porque hay una imagen, por lo que no hace falta crear ninguna. En el caso de los perfumes es distinto, ya que hay que esperar a que "Un mundo feliz", de Aldous Huxley, se haga realidad para que los media traspasen el ámbito audiovisual y nos ofrezcan una "prueba" del producto no audible o visible.
Pero por supuesto, tienes razón. La publicidad consigue en asociar ideas, muchas de ellas falsas, con un producto para hacerlo más atractivo y eso es algo que hay que siempre hay que tener presente.

Samuel Damián dijo...

@Pablo
Lo interesante es cómo, lo mires por donde lo mires, se puede malinterpretar lo de los meneos xD. Vaya nombre para una web... xD

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Samuel, los olores no pueden traspasar la pantalla y todavía es más patente la construcción de valores añadidos absurdos. Como paradigmático siempre pongo el ejemplo de la campaña de "Axe" y el absurdo de miles de mujeres persiguiendo a quienes lo usan. Absurdo, sí, pero aumentaron sus ventas considerablemente porque los consumidores tienden a pensar, será una exageración pero si el río suena...

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